Qué criatura tan ciega es el ser humano. Cuando cree que marcha hacia la felicidad, cae de bruces en el tormento. Cuando cree que está haciendo lo correcto, se está precipitando a la destrucción. Vamos caminando a tientas hacia la muerte, asiéndonos a fragmentos de esperanza que, en el momento en que el abismo nos reclame, no nos sostendrán.